Las Rozas rindió homenaje a Miguel Ángel Blanco y a las víctimas del terrorismo

Ayer por la tarde se celebró en Las Rozas el homenaje a Miguel Ángel Blanco en el 27º aniversario de su asesinato a manos de la banda terrorista ETA. El acto se celebró en el parque Espíritu de Ermua de La Marazuela, en el que tuvo lugar una ofrenda floral en el monumento a las víctimas del terrorismo.

Posteriormente, el alcalde de la ciudad, José de la Uz, fue el encargado de la lectura del manifiesto de la Fundación Miguel Ángel Blanco. Finalmente, el acto se clausuró con la interpretación de una pieza musical y el himno nacional. 

 Al acto acudió toda la Corporación municipal, encabezada por el alcalde, que estuvieron acompañados de la comisionada para las Víctimas de Terrorismo de la Comunidad de Madrid, Rocío López, así como varios miembros de la familia de Ignacio Echeverría, vecino del municipio asesinado en los ataques terroristas de Londres en el año 2017. También estuvieron presentes los representantes de los diferentes cuerpos de seguridad y emergencias de Las Rozas: Policía Local, Guardia Civil, SAMER y Protección Civil.

El asesinato de Miguel Ángel Blanco, un antes y un después en la lucha antiterrorista

Miguel Ángel Blanco tenía veintinueve años cuando ETA lo secuestró el 10 de Julio de 1997, cuarenta y ocho horas después apareció herido de muerte con dos tiros en la cabeza en la localidad guipuzcoana de Lasarte. Era el secuestro número 78 de la banda terrorista ETA desde 1970, el número 10 de los secuestrados asesinados. El número 778 en la macabra nómina de muertos de la terrorífica organización.

El secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco marcó un antes y un después en la lucha contra el terrorismo. Miles de ciudadanos en toda España salieron a la calle a defender la vida y la Democracia, se pusieron en la piel de Miguel Ángel, su familia y sus compañeros e intentaron con su manifestación y su clamor salvar la vida de un ciudadano víctima de la barbarie de ETA. España entera señaló a ETA y a sus cómplices políticos como los principales enemigos del Estado de Derecho, como el auténtico problema vasco.